martes, abril 16, 2024

La Biblioteca de Quintanar se transformó en gallinero con Clara Ortega

NacionalLa Biblioteca de Quintanar se transformó en gallinero con Clara Ortega

El sábado 20 de mayo en la Biblioteca Púbica “Leer y Soñar” de Quintanar de la Orden, Clara Ortega volvía a deleitar a los más peques con su cuentacuentos “Los cuentos del gallinero”.

Aunque, los cuentos seguían el mismo hilo conductor que en alguna de las ocasiones anteriores, la escritora, cambiaba los cuentos y, esta vez apostaba por “El pollito de la Avellaneda”, “La gallinita roja” y “Medio pollito”.

Los tres cuentos van en la línea de trabajar en equipo, la generosidad, el trabajo colaborativo entre amigos, entre compañeros, seres humanos. El acto de dar y recibir, el de que si no das y eres egoísta posiblemente te encuentres con la misma cara de esa moneda… Valores que hay que inculcarles a los niños y niñas desde que tienen edad temprana.

“El pollito de la avellaneda” cuenta de historia de un gallo que se atraganta con una avellana y de cómo le salvan la vida a través del trabajo colaborativo y esfuerzo de distintos profesionales que fijaron como prioridad la vida del gallo.

El cuento “La gallinita roja” trata todo lo contrario. El egoísmo de no querer ayudar en el trabajo. La gallinita pide ayuda a la hora de sembrar, de plantar y nadie colabora con ella pero, luego cuando recoge el fruto todos quieren comer aun sabiendo que no han participado en el trabajo. Por lo tanto, la gallinita roja dice que no comparte el fruto porque no le han ayudado en la siembra y en el desarrollo del proyecto.

Y, “Medio pollito” cuenta la historia de un gallo que nunca quiere ayudar, pero cuando él se ve en malas condiciones y la necesita, sí que la tiene. El resto le dice que, aunque ellos pidieron ayuda y él no se la dio, ellos sí que se la ofrecen. Demuestra la cara inversa, se ve la colaboración, y lo que es el egoísmo.

Estos cuentos lo que quieren es demostrar las dos caras de la moneda, lo que puedes encontrar si eres tanto egoísta como generoso.

Clara interactuaba con los niños, adentrándolos en las historias y recalcaba la importancia de los cuentacuentos y animaba a todos a seguir colaborando para que se sigan llevando a cabo porque “tan importante es leer como escuchar” y porque “cuando le cuentas un cuento a un niño, está desarrollando mucho vocabulario” por lo tanto, es algo que “no se debe perder jamás”.  

Una vez más, la escritora no dejó a nadie indiferente e hizo disfrutar tanto a peques como a mayores.

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